La estrategia de manipulación encubierta en la "protesta de los indignados”:

En la Guerra de Cuarta Generación se contienen las técnicas y estrategias operativas direccionadoras de conducta colectiva que subyacen detrás de lo que ingenuamente se conoce como "protestas populares espontáneas", que las grandes cadenas mediáticas imperiales instalan como una verdad aceptada a escala global. 

Movimiento de los indignados: ¿una movida de ajedrez más en el tablero de la dominación mundial?
A) La nueva herramienta manipuladora 

En IAR Noticias siempre empezamos la historia por el final.
 

Nuestro estilo contrainformativo siempre consistió en proyectar y analizar los acontecimientos con un objetivo de anticipación del desenlace, y sin que el árbol de la "coyuntura periodística" (manipuladora del sistema) tape el bosque de la comprensión general.
 

En plena euforia mediática de la "revolución democrática" de los "indignados" en España señalamos que se trataba (y más allá de la "buena intención" de sus participantes) de
 una nueva estrategia de movilización masiva basamentada en un tripode convergente: Internet, teléfonos celulares, y grandes cadenas mediáticas. 

Desde su instrumentación casi orgánica en Medio Oriente y en África con las "revueltas populares" promovidas por la CIA y los servicios aliados, la Internet y los celulares fueron la clave de estas movilizaciones cuyos contenidos y objetivos sólo los conocen sus instigadores ocultos.
 

O sea los beneficiarios encubiertos (servicios de inteligencia y grupos del poder) que
 los inducen a través de operaciones de acción psicológica principalmente en las "redes sociales". Y que luego se convierten en masivos a través de la difusión a escala global (en vivo y en directo) por las grandes cadenas mediáticas internacionales. 

B) La variante española 

En realidad, la llamada "protesta de los indignados" en España, es una actualización aggiornada y en otra etapa (con un salto cualitativo informático) del "Cacerolazo" que derrocó institucionalmente a Fernando de la Rúa en Argentina, y de la "rebelión de los jóvenes" que derrocó de la misma manera a Lucio Gutiérrez en Ecuador. 

A casi una semana de su nacimiento en España, ya tenemos la primera señal (y el primer emergente) de un beneficiario claro de la "protesta de los indignados" en las urnas: El Partido Popular arrasó electoralmente el domingo al PSOE, el partido en el gobierno.
 

Así como el "Cacerolazo" argentino (un sucedáneo histórico de las "revueltas populares") derrocó sin un golpe de Estado militar al Partido Radical (gobierno de De La Rúa) e instaló al Partido Justicialista (gobierno de Duhalde) la "protesta de los indignados" ya arrojó claramente un beneficiario en el campo político.
 

Históricamente, estas herramientas de movilización y protestas masivas como la que está funcionando en España,
 atacan al "empleado" (los políticos) y preservan los intereses del "patrón" (El Estado y el sistema capitalista), sirviendo funcionalmente como instrumentos de "golpes democráticos-institucionales" por medio de los cuales los grupos del poder local definen su interna electoral y su guerra por el control del gobierno y del mercado interno. 

Las protestas populares son parte de una estrategia de manipulación psicológica
C) El nuevo teatro de operaciones 

Desde el principio situamos claramente la operatoria funcional del nuevo sistema de movilización masiva con las "protestas populares" y señalamos que responde a objetivos diferenciales según el país y el contexto social y político en que se la aplique.
 

Precisamos que se trata de
 una nueva herramienta de movilización y manipulación de conducta social (orientado y detonado desde técnicas de guerra psicológica) presentado como si fuera un "fenómeno espontáneo" de las redes sociales en Internet. 

No se trata de "ingenuidad militante" ni de nueva "conciencia social" despertada súbitamente, sino de un proceso inducido, estudiado y aplicado desde estrategias y técnicas pulidas de la comunicación de masas que la CIA y los servicios de inteligencia vienen desarrollando en el teatro de operaciones de Internet y de las telecomunicaciones por celular. 

Más allá de que se la llame "revuelta popular", "revolución naranja", "primavera árabe" o "protesta de los indignados" su estrategia, tácticas operativas y estructuras funcionales no varían en su implementación, salvo el objetivo político que se amolda de acuerdo a las necesidades locales del país y la sociedad en que se lo aplique.
 

D) La Guerra de Cuarta Generación 

Para entender lo que hay detrás (el objetivo y los actores encubiertos) de lo que hoy se presenta mediaticamente como "rebeliones espontáneas" contra diferentes gobiernos, hay que bucear en los manuales de la Guerra de Cuarta Generación (Fourth Generation Warfare - 4GW), que es el término usado por los analistas y estrategas militares para describir la última fase de la guerra imperialista de conquista, en la era de la tecnología informática y de las comunicaciones globalizadas.
 

El desarrollo tecnológico, telecomunicacional e informático, y la globalización del mensaje son las nuevas armas
, convirtieron a la Guerra Psicológica mediática en el arma estratégica dominante de la 4GW, a la que se agregó una variante "contraterrorista" tras los ataques explosivos del 11-S en EEUU. 

En su desarrollo mediático-social, los jefes y oficiales de Estado Mayor de la Guerra Psicológica (4GW) ya no son militares, sino expertos comunicacionales en insurgencia y contrainsurgencia, que
 sustituyen a las operaciones militares por las operaciones psicológicas (OPS). 

Ya no desarrollan sus planificaciones en unidades o cuarteles militares, sino en laboratorios encubiertos de comunicación estratégica donde se diseñan los planes de Guerra Psicológica a ser ejecutados a través de las grandes estructuras mediáticas de comunicación masiva y las redes de la Internet infiltradas por la inteligencia de la OPS.
 

De esta manera, y a partir del 11-S norteamericano, la "Guerra Psicológica" (con su variante la "Guerra Contraterrorista") conforma la columna vertebral estratégica de la Guerra de Cuarta Generación, con los Medios de Comunicación y las redes informáticas convertidos en los nuevos ejércitos de conquista.
 

La Guerra Psicológica conforma el estadio superior de las estrategias de control y dominación ensayadas hasta ahora por los sistemas imperialistas (dominación del hombre por el hombre) que se fueron sucediendo hasta llegar al sistema capitalista.
 

En la Guerra Psicológica (columna vertebral de la Guerra de Cuarta Generación, sin uso de armas) las operaciones con unidades militares son sustituidas por operaciones con unidades mediáticas.
 

La Guerra Psicológica, a su vez, nace en un particular estadio del capitalismo caracterizado por una revolución en el campo de las ciencias sociales y de la comunicación estratégica.
 

Dicha revolución se
 complementa con una revolución en el campo de la tecnología de las comunicaciones y de la informática, creando las bases para una comunicación estratégica globalizada basada en principios científicos. 

A su vez las técnicas científicas de comunicación, potenciadas a escala masiva y planetaria por los grandes conglomerados mediáticos del capitalismo, crearon las bases para su utilización en estrategias de manipulación y de control social desarrolladas a partir de los objetivos de la dominación imperial-capitalista.
 

Esta situación creó las bases operativas y estratégicas para el control y dominio de las sociedades y países, sin recurrir a la utilización de la guerra militar. 

De esta manera (y con pocas excepciones como las zonas de conflicto y de ocupación militar), la actual guerra imperialista por apoderamiento de mercados y países ya no se desarrolla en el plano de la conquista militar-territorial, sino en el plano de la conquista psicológica-social instrumentada mediaticamente.
 

E) El nuevo teatro de operaciones (el blanco es el cerebro) 

Como en la guerra militar, un plan de guerra psicológica está destinado a:
 aniquilar, controlar o asimilar al enemigo. 

La guerra militar y sus técnicas se revalorizan dentro de métodos científicos de control social, y se convierten en una eficiente estrategia de dominio sin el uso de las armas.
 

A diferencia de la Guerra Militar convencional, la Guerra de Cuarta Generación no se desarrolla en teatros de operaciones visibles.
 

No hay frentes de batalla con elementos materiales: la guerra se desarrolla en escenarios combinados, sin orden aparente y sin líneas visibles de combate, los nuevos soldados no usan uniforme y se mimetizan con los civiles.
 

Ya no existen los elementos de la acción militar clásica: grandes unidades de combate (tanques, aviones, soldados, frentes, líneas de comunicación, retaguardia, etc).
 

Las bases de planificación militar son sustituidas por pequeños centros de comando y planificación clandestinos, desde donde se diseñan las modernas operaciones tácticas y estratégicas a desarrollarse en los medios de comunicación y el campo de Internet y la telefonía celular, factores claves de la movilización de conducta masiva.
 

Las unidades de Guerra Psicológica
 son complementadas por Grupos Operativos, infiltrados en el campo de la política y de la población civil con la misión de detonar hechos de violencia y conflictos sociales. 

Las tácticas y estrategias militares, son sustituidas por tácticas y estrategias de control social, mediante la manipulación informativa y la acción psicológica orientada a direccionar conducta social masiva con la Internet y los teléfonos celulares jugando como ejes inductores y concentradores.
 

Los blancos ya no son físicos (como en el orden militar tradicional) sino psicológicos y sociales. El objetivo ya no apunta a la destrucción de elementos materiales (bases militares, soldados, infraestructuras civiles, etc), sino al control del cerebro humano.
 

Las grandes unidades militares (barcos, aviones, tanques, submarinos, etc) son sustituidas por un gran aparato mediático compuesto por las grandes redacciones y estudios de radio y televisión.
 
El bombardeo militar es sustituido por el bombardeo mediático: Las consignas y las imágenes sustituyen a las bombas, misiles y proyectiles del campo militar. 

En la Guerra sin Fusiles, la Guerra de Cuarta Generación (también llamada Guerra Asimétrica), el campo de batalla ya no está en el exterior, sino dentro de las mentes.

Las operaciones ya no se trazan a partir de la colonización militar para controlar un territorio, sino a partir de la colonización mental para controlar una sociedad.
 

El objetivo estratégico ya no es el apoderamiento y control de áreas físicas (poblaciones, territorios, etc.) sino el apoderamiento y control de la conducta social masiva.
 

Las unidades tácticas de combate (operadores de la guerra psicológica) ya no disparan balas sino consignas direccionadas a conseguir un objetivo de control y manipulación de conducta social masiva.
 

F) El nuevo Objetivo estratégico (La función de la Guerra Psicológica) 

Los nuevos proyectos geopolíticos de conquista imperialista en la era trasnacional de las comunicaciones requieren de sofisticadas estrategias de Guerra Psicológica para su imposición sin el uso de las armas.
 

Los fines prescriptos por la estrategia de dominación con la Guerra Psicológica son los mismos que se utilizan con la guerra militar:
 dividir, atomizar, controlar al individuo-masa de las sociedades dependientes (el AP). Es la lógica de Maquiavelo aplicada por medios científicos y tecnológicos. 

La Guerra Psicológica librada en el plano de la comunicación estratégica y de las grandes estructuras mediáticas (los nuevos ejércitos de conquista) no se hacen por la conquista misma, sino en la búsqueda de un objetivo estratégico orientado en los intereses económicos de las potencias y las trasnacionales capitalistas.
 

La función de la Guerra Psicológica imperial-capitalista actual se orienta en tres objetivos claves:
1) Conquista de mercados emergentes (sociedades y países periféricos), mediante la imposición de la "cultura consumista" nivelada y globalizada por los medios masivos de comunicación, actuando sobre la psicología del hombre AP convertido en individuo-masa. 

2)
 Control y dominación social (en los países dependientes), orientado a la represión y/o neutralización de conflictos sociales que amenacen el desarrollo de los planes empresariales y la acumulación y expansión de la ganancia capitalista trasnacional. 

3)
 Disputas ínter-potencias por los mercados, destinada a sustituir a la guerra militar por áreas de influencia (también por conquista de mercados) enterrada con la guerra Fría.
G) El frente mediático 

Una plan de Guerra Psicológica, no se hace con soldados y armas militares sino con medios de comunicación e individuos masificados (los AP) nivelados universalmente por los mismos estereotipos culturales y sociales.
 

El mensaje mediático a escala global nivela y masifica al individuo universal en una sola frecuencia comunicacional.
 

La realidad es sustituida por la percepción de la realidad a través del mensaje mediático-periodístico convertido en consignas, eslóganes y títulos, antes que en pensamiento reflexivo totalizado. 

A través de la manipulación psicológica y el control ideológico, la sociedad civil, el individuo-masa suplanta a los soldados militares en el campo de batalla.
 

En la Guerra Psicológica, la potencia de fuego del soldado militar es sustituida por la potencia social del individuo-masa con su conducta manipulada hacia objetivos de control y dominación social, fijados por el capitalismo trasnacional para conquistar mercados y controlar a las sociedades consumistas. 

Manipular, controlar, y convertir a este individuo-masa en potencia social direccionada con fines de control y dominio político-social es el objetivo estratégico clave de la Guerra Psicológica de última generación.
 

La guerra por el dominio y control de las sociedades y de las mentes, sólo se produjo a partir de la interacción funcional de la tecnología (medios de comunicación) y de la informática (electrónica y computación) orientada a un objetivo de control y dominio mediante una estrategia comunicacional.
 

El factor mediático (medios de comunicación, electrónica y computación, y estrategias comunicacionales) posibilitó que la guerra por el control y el dominio imperial capitalista tocara su máximo estadío de desarrollo estratégico: la Guerra de Cuarta Generación.
 

En resumen, en la Guerra de Cuarta Generación se contienen las técnicas y estrategias operativas direccionadoras de conducta colectiva que subyacen detrás de lo que ingenuamente se conoce como "protestas populares espontáneas" que las grandes cadenas mediáticas imperiales instalan como una verdad aceptada a escala global.

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